
En la monumental ciudad de Trujillo, cuna de descubridores, encontrarás un hermoso Parador sobre el convento del siglo XVI de Santa Clara, conservando el ambiente de paz y sosiego que le imprime su estructura conventual. En su interior te sorprenderán dos hermosos claustros, uno de ellos con arcos y columnas renacentistas; el segundo proporciona al conjunto una nota de luminosidad que embellece el entorno. Es un hotel ideal para el descanso y el ocio, pero también para el trabajo. Sus estancias son tranquilas y cuenta con bellos y elegantes salones, además de piscina de temporada.
Todos los caminos de Trujillo confluyen en la bella Plaza Mayor, centro neurálgico de la ciudad, rodeada de edificios de interés y enorme belleza. En el centro de la Plaza la estatua ecuestre de bronce de Francisco Pizarro descansa sobre su caballo, y junto a la Iglesia de San Martín de Tours, el Palacio de la Conquista y la Casa de las Cadenas te dejará el recuerdo de haber estado en una preciosa plaza.
Otro precioso lugar es el Castillo de Trujillo, visible desde cualquier punto de la ciudad y donde se encuentra el Santuario dedicado a la Partrona, la Virgen de la Victoria.
Trujillo atesora el encanto de una ciudad con historia y la belleza y serenidad que da el paso del tiempo. Es un lugar que te encantará descubrir.